Estrategias de conservación del agua para garantizar la sostenibilidad
Ante la creciente preocupación mundial por la escasez de agua, es necesario que tanto los usuarios domésticos como los industriales opten por métodos viables para reducir el consumo de este recurso esencial.
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Síntesis
- Los consumidores utilizan aproximadamente el 10 % del agua a nivel mundial, mientras que la industria consume cerca del 20 %. En este segmento, las aplicaciones que más agua consumen son la generación de energía termoeléctrica, la fabricación, la producción de alimentos, la minería y la extracción de petróleo.
- Reducir el consumo de agua es crucial para apoyar las iniciativas de conservación. Esto puede lograrse, por ejemplo, mediante la optimización de la limpieza a nivel industrial y de consumo, la selección de materiales eficientes en el uso del agua, la reparación de fugas, y la utilización de tecnologías de refrigeración alternativas.
- El tratamiento y la reutilización de las aguas residuales industriales en las instalaciones -por ejemplo, para fines refrigeración- reduce la dependencia de las fuentes de agua.
- Conservar el agua minimiza el impacto ambiental, preserva los recursos naturales, apoya las iniciativas de sostenibilidad de la empresa y puede reducir los costes operativos.
- Los usuarios pueden reducir su huella hídrica realizando auditorías sobre el uso del agua, modernizando los equipos, implementando prácticas de reutilización y colaborando con colegas del sector.
Un elemento esencial de la planta
El agua es fundamental para todos los organismos de la Tierra, y se considera un elemento esencial del planeta. En algunas regiones, su demanda supera cada vez más la oferta. Si bien el uso doméstico del agua suele acaparar la atención en las conversaciones sobre conservación, el sector industrial consume el doble que el doméstico.
En esta página web analizamos el uso del agua, identificamos a los principales consumidores, comentamos estrategias viables para conservarla, analizamos las inversiones que es necesario llevar a cabo y hacemos hincapié en las repercusiones de estas iniciativas sobre la sostenibilidad.
Consumo de agua por sectores
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Las industrias que más agua consumen son:
- Generación de energía termoeléctrica: esta industria vertical engloba centrales eléctricas de carbón, nucleares y de gas natural, y se estima que es responsable del 45 % del consumo industrial de agua, debido a su gran dependencia del agua para los procesos de refrigeración.
- Fabricación: desde los procesos intensivos en consumo de agua de la producción textil hasta las intrincadas exigencias de la fabricación electrónica, este sector depende en gran medida del agua para lavar, aclarar, diluir, refrigerar y transportar materiales.
- Producción de alimentos y bebidas: el recorrido de la granja a la mesa requiere un uso considerable de agua, que no se limita a los campos agrarios donde se cultivan los alimentos. El agua es necesaria para procesar las materias primas y limpiar las instalaciones, y a menudo también se utiliza directamente en los productos, lo que contribuye significativamente a la huella hídrica del sector.
- Minería: la minería requiere un uso intensivo de agua para una amplia variedad actividades, como la supresión de polvo, el transporte de lodos y la separación de minerales.
- Petróleo y gas: la extracción de combustibles fósiles, especialmente mediante procesos como la fracturación hidráulica (fracking), también requiere un consumo significativo de agua.
Perspectiva
La agricultura es responsable del 70 % del consumo mundial de agua, la industria del 20 % y el uso doméstico del 10 % restante.
Las estadísticas sobre el consumo de agua en estas industrias pueden ser sorprendentes. Así, por ejemplo, para generar un MWh de electricidad, suficiente para abastecer a unos 1.000 hogares durante una hora, se necesitan entre 11.500 y 75.700 litros de agua (3.000 a 20.000 galones), en función de la fuente de energía utilizada.
La producción de artículos de uso cotidiano también conlleva un coste oculto de agua. La fabricación de una sola camiseta de algodón, por ejemplo, consume unos 2.700 litros (700 galones) de agua. . Estos datos destacan el impacto potencial que pueden tener las iniciativas de reducción del uso de agua, incluso en pequeños porcentajes, sobre el consumo total.
Perspectiva
Se estima que para fabricar una sola camiseta de algodón se necesitan 2.700 litros (700 galones) de agua.
Afortunadamente, actualmente se están desarrollando diversas estrategias de conservación del agua que pueden aplicarse sin menoscabar la productividad o la calidad de las operaciones. A grandes rasgos, se clasifican en dos tipos: las estrategias centradas en la reducción del consumo y las estrategias que se basan en la reutilización del agua.
Reducción del consumo
Al igual que la sociedad busca la eficiencia en otros procesos, como por ejemplo, la reducción del consumo energético y el uso de productos químicos caros-, minimizar el consumo de agua también es fundamental en las aplicaciones domésticas e industriales. En el ámbito doméstico, es posible conseguirlo instalando electrodomésticos con un bajo consumo de agua y restringiendo estrictamente el uso manual del agua en actividades como la cocina, la limpieza, el riego de las plantas y el baño. En el ámbito industrial, se pueden instalar equipos de alta eficiencia en el uso del agua y realizar auditorías exhaustivas para identificar áreas donde se pueda reducir el consumo dentro de las operaciones.
Optimización del proceso de depuración
En diversas industrias, las instalaciones de fabricación requieren una limpieza periódica de los equipos de proceso. Los fabricantes pueden optimizar el calendario de estos ciclos mediante el uso de sensores que determinen la duración ideal y evitar así una limpieza excesiva.
Además, numerosas plataformas modernas de software de gestión de plantas están equipadas con funciones de modelado predictivo, que admiten técnicas de optimización para minimizar los gastos en insumos y recursos, incluido el consumo de agua. Estos modelos pueden ser muy eficaces para reducir el consumo de agua al ajustar diversos parámetros del proceso. Esto ayuda a los fabricantes a identificar los valores operativos óptimos, manteniendo la calidad del producto y cumpliendo con los requisitos normativos.
Selección de los materiales idóneos
Las decisiones que se toman en las etapas iniciales de las operaciones de fabricación pueden desencadenar un efecto dominó en el consumo de agua. Seleccionar materiales que requieran menos agua para su procesamiento, como materiales reciclados o con métodos de producción menos intensivos en agua, puede contribuir a ahorrar agua en toda la cadena de suministro.
Detección y reparación de fugas
Aunque parecen tareas simples, la detección y reparación de fugas a menudo se pasan por alto tanto en entornos domésticos como industriales. Estas tareas, especialmente en presencia de una amplia infraestructura de tuberías, pueden evitar pérdidas de agua significativas y costosas. La inspección periódica de los sistemas y su pronta reparación pueden ahorrar agua y gastos posteriores.
Tecnologías de refrigeración alternativas
La dependencia del agua para la refrigeración en la generación de energía y otras industrias ha impulsado la innovación en métodos de refrigeración alternativos. Así, por ejemplo, los sistemas de enfriamiento por aire e híbridos pueden reducir considerablemente el consumo de agua y minimizar el vertido de agua caliente al medio ambiente.
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Reutilización del agua
Además de las técnicas de reducción directa del consumo de agua descritas anteriormente, el uso de métodos para reutilizar el agua es cada vez más habituales a nivel regional entre los municipios e incluso en el interior de las propias instalaciones industriales. La reutilización del agua multiplica eficazmente sus beneficios al permitir a los consumidores utilizar la misma agua varias veces, lo que se traduce en reducciones globales.
En la industria, la recuperación y el tratamiento de las aguas residuales de proceso representan una alternativa sostenible a la captación de agua en numerosas aplicaciones. Dependiendo de su uso, pueden existir obstáculos normativos a superar. Sin embargo, los sistemas de circuito cerrado de agua industrial, en los que el agua se reutiliza en lugar de desecharse, están ganando adeptos. Así por ejemplo, el agua de refrigeración de las centrales eléctricas, que a menudo se vierte a los ríos a altas temperaturas, puede tratarse y reutilizarse dentro de la central, o incluso reutilizarse para otras aplicaciones, tanto industriales como agrícolas.
La inversión económica necesaria para poner en práctica estas estrategias varía en función de cada tecnologías, la escala de implementación y la infraestructura existente. Aunque para reutilizar el agua es necesario invertir en sistemas de captación y tratamiento, esta inversión a menudo suponen un ahorro de costes a largo plazo, además de beneficios en cuanto a la sostenibilidad. Esto se debe principalmente a la reducción del consumo de agua y de las tasas de eliminación de aguas residuales.
Cinco pasos para conservar el agua
En una época de creciente transparencia y compromiso por parte de las partes implicadas, la conservación del agua refleja responsabilidad social y un cuidado consciente del medio ambiente. Estas acciones pueden atraer a las partes interesadas que dan prioridad a la sostenibilidad y calan entre los consumidores que son más proclives a tomar decisiones de compra basadas en el historial medioambiental de las empresas.
A fin de reducir la dependencia del agua y lograr un impacto ecológico positivo, la industria puede adoptar estas cinco medidas:
- Realizar una auditoría de eficiencia hídrica: empezar por evaluar las operaciones que implican un mayor consumo de agua. A continuación, evaluar el uso, las fugas y el potencial de reutilización del agua.
- Abordar los funcionamientos defectuosos: reparar las fugas y los fallos de los equipos que desperdician agua, y proseguir la monitorización del uso y la identificación de áreas susceptibles de mejora.
- Implementar la reutilización del agua: recircular el agua en los procesos de producción siempre que sea posible, o en las instalaciones en un sistema de circuito cerrado. Y tratar las aguas residuales para reutilizarlas en aplicaciones no potables, como refrigeración y riego.
- Modernizar los equipos ineficientes: examinar e instalar equipos innovadores de ahorro de agua para reducir el consumo.
- Colaborar con homólogos del sector: participar en los debates e iniciativas sobre conservación del agua de todo el sector, aprovechando los incentivos y ayudas gubernamentales.
Los usuarios domésticos pueden adoptar estrategias similares para reducir el consumo de agua. Por lo tanto, es crucial que quienes no se dedican a operaciones industriales no pasen por alto estos métodos en sus hogares.
Ejemplos de conservación del agua
Los siguientes ejemplos muestran medidas de conservación del agua aplicables a industrias concretas:
- Fabricación: implementación de sistemas de enfriamiento eficientes en el uso del agua, reutilización del agua de proceso y optimización los procesos de limpieza.
- Alimentación y bebidas: instalación de tecnologías de procesamiento de alimentos que reduzcan el consumo agua, reducción del uso de agua en la limpieza y reutilización de las aguas residuales tratadas para el riego.
- Generación de energía: implementación de tecnologías avanzadas de refrigeración, optimización de la circulación del agua en los sistemas de enfriamiento y reutilización de las aguas residuales industriales con fines no potables.
Con la adopción de estos enfoques, las instalaciones industriales pueden reducir su consumo de agua, disminuir los costes operativos y contribuir a una gestión sostenible del agua.
Sostenibilidad e implicaciones económicas
La reducción de la extracción de agua de ríos, lagos y acuíferos ayuda a mantener el equilibrio delicado de los ecosistemas acuáticos, fomenta la biodiversidad y protege estos recursos naturales esenciales para las generaciones futuras. La optimización de procesos también puede ahorrar dinero a las empresas.
Además de ayudar a preservar el recurso más vital de la vida, la conservación disminuye directamente la huella de carbono ya que reduce la necesidad de tratamiento y distribución de agua por terceros, que requieren energía.
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Conservar el agua es una oportunidad medioambiental y económica estratégica fundamental, con importantes beneficios sociales. La adopción de tecnologías innovadoras, la implementación de procesos eficientes y la reutilización del agua permiten reducir el consumo, en consonancia con las iniciativas globales para gestionar cuidadosamente los recursos naturales.